El mundo de los niños hoy en día se asemeja mucho al de los adultos, y es que a pesar de no tener las preocupaciones de la vida de los mayores, los niños se ven envueltos en el ritmo vertiginoso de unos padres ocupados, las presiones de las tareas escolares, un exceso de actividades extraescolares, el uso de aparatos electrónicos o de videojuegos, el ajetreo de la ciudad y los centros comerciales, etc.
Normalmente no pensamos que este ritmo pueda resultar estresante para nuestros hijos, pero a menudo lo es. Esa prisa y exceso de actividades que no siempre son motivadoras ni beneficiosas para los niños pueden producir un efecto profundo, y no siempre positivo, en la alegría y espontaneidad propias de los niños.
La práctica del yoga en los niños puede ayudar a contrarrestar el efecto de las presiones a las que se enfrentan éstos a lo largo de su desarrollo.
No debemos olvidar que los niños pasan por distintas etapas y no todas son fáciles, sobre todo cuando se trata del ámbito escolar y social.
Cada niño es único y se desarrolla de una manera distinta a la de otros, por ello es importante ofrecerle la oportunidad de conocerse a sí mismo y enseñarle a aceptarse quererse tal y como es. Esto es posible a través del camino del yoga.