¿Cómo afrontar la muerte de un ser querido?

Cuando nos toca vivir en primera persona el duelo, es necesario darnos un tiempo para sanar y preguntarnos ¿Cómo afrontar la muerte de un ser querido? ¿Cómo seguir adelante con tu vida con ese sufrimiento?.

La muerte de un ser querido es un momento muy difícil de superar, pero es posible aprender a vivir con la ausencia y el dolor de no tener a quienes amábamos.

El duelo es un proceso psicológico que tiene distintos síntomas a nivel físico y emocional y se vive de diferente manera en cada persona.

El duelo aparece ante la ausencia de un ser querido, la muerte o el abandono. Ante esta pérdida tienes una profunda sensación de soledad y vacío.

¿Cómo afrontar la muerte de un ser querido?

En este vídeo te cuento cómo he vivido mi proceso de duelo y te doy algunas pautas para afrontar la muerte de un ser querido de la mejor manera.

En primer lugar:

Para afrontar la muerte de un ser querido debes aceptar tu tristeza y llorar todo lo que haga falta.

Guardarte tus emociones, hacerte el fuerte y convencerte de que no pasa nada, es todavía peor. Debes reconocer que estás triste y manifestar tus emociones con libertad. Llora, grita, desahógate como te haga falta.

En segundo lugar:

Permítete vivir el paso entre la negación, la rabia, el miedo, la culpa. Esos sentimientos forman parte del duelo y tarde o temprano los vivirás.

Si reprimes estos sentimientos no podrás enfrentarte directamente a lo que hay dentro de ti. La muerte de un ser querido es como la gota que desata una tormenta dentro de ti, no lo esperabas y es normal estar angustiada y llena de preguntas.

En tercer lugar:

Apóyate en las personas que están a tu lado, pide ayuda a tus familiares y amigos.

A veces necesitarás la compañía silenciosa o que te ayuden a hacer algunas tareas que antes solías hacer y ahora te parecen imposibles.

Puede que ellos estén pasando por el mismo proceso de duelo que tú y sienta la misma tristeza. Habla de los recuerdos que vienen a tu cabeza, cuenta con tu familia para hablar sobre tus sentimientos, esto te ayuda a «poner nombre» a lo que estás viviendo.

En cuarto lugar:

Manténte activa/o, aunque esto te cueste mucho y sólo desees tumbarte en la cama y no salir de ahí.

Intenta salir al menos una vez al día de tu casa, respira aire fresco y pasea por las calles, el campo o la playa. Si temes ir sola/o pide a alguien que te acompañe.

Caminar es sanador, nos ayuda a activar el cuerpo y también a liberar la mente de la carga que soporta.

En quinto lugar:

Busca ayuda profesional cuando sientas que lo necesitas.

La muerte de un ser querido nos duele en el corazón, el pecho se aprieta y parece que no podemos respirar. Esto debería ir pasando con los días y semanas, pero a veces se mantiene y nos impide hacer una vida normal.

Pueden aparecer signos físicos como insomnio, cansancio, dolor de cabeza, tensión muscular…y signos psicológicos como ansiedad, depresión, miedo a estar solos o a salir a de casa.

Cuando observes que algún tipo de síntoma está alterando tu día a día, pide ayuda profesional y busca las soluciones a estos problemas.

Es importante que entiendas que la sanación comenzará desde dentro, eres tú quien debe observar y ser consciente de cómo estás y pedir ayuda a un profesional. Ellos te dirán lo que debes hacer, pero eres tú quien tiene la gran labor de ponerlo en marcha.

En sexto lugar:

Mantén alguna de tus rutinas diarias. Ya sea comer tres veces al día (aunque no te apetezca nada), o ducharte y vestirte a diario aunque no salgas de casa.

Esto parece algo sencillo visto desde fuera, pero cuando te sientes deprimido/a las cosas más básicas de tu rutina se vuelven tediosas e innecesarias…

Intenta mantener tu rutina y ya estarás haciendo un gran trabajo.

En séptimo lugar:

Date tiempo para ti, descansa y realiza actividades que te aporten paz y calma.

Puede que te apetezca pintar, escribir, hacer alguna actividad manual (artesanía, bricolaje, o cuidar de tu jardín). Date tiempo para estar contigo algo que te haga sentir bien.

Los momentos en los que estás usando tu imaginación y creatividad sientes que das un respiro a la angustia y a la serie de pensamientos repetitivos que aparecen tras la muerte de un ser querido. Regálate esos instantes de paz

En octavo lugar:

«Ritualiza» tu tristeza y tu pérdida.

Busca un pequeño ritual que te ayude a simbolizar tu tristeza, tu duelo y tambiñen tu gratitud y amor hacia esa persona que ha partido.

Puedes llevarle flores a su lugar de descanso, o si estás lejos, puedes encontrar un punto en el que piensas en ella (una playa, una calle, un parque…) realiza tu propio ritual de reencuentro con su amor y dale las gracias por lo que te ofreció en vida.

Por último: 

Mantén vivo el recuerdo de esa persona. Las primeras semanas te preguntarás mil cosas y te reprocharás los momentos en los que «no estuviste», «no fuiste mejor», «no hiciste más»…Pero también puedes buscar en tus recuerdos aquellos buenos momentos que vivisteis juntos.

La canción que más le gustaba, recuerda cómo la cantaba o cómo se reía con alguna película o chiste. Recuerda sus recetas y el toque que tenía en la cocina.

Quédate con la gratitud de los momentos vividos y compartidos. Quédate con su imagen sonriente, con los brindis y las aventuras vivida. Quédate con sus historias y revívelas con quienes también le conocían.

Enfrentarnos a la muerte de un ser querido es un proceso duro y que no quisiéramos vivir nunca. Pero la vida es limitada y el tiempo que tenemos para «usarla» es este.

Así que te animo a que observes en qué paso estás, cómo estás viviendo tu duelo. Que seas libre de manifestar tus emociones y también de darte tiempo para descansar, para pedir ayuda y tratar aquello que no va muy bien en tu cuerpo o en tu mente. No estás solo/a.

Espero que este artículo te sea útil y que puedas compartirlo con quienes crees que lo necesitan.

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